Se considera que un cambio de paradigma científico significa no solo un cambio de supuestos básicos teóricos, sino un cambio en la visión global de una determinada ciencia. Así pasa en el campo de las Ciencias de la Educación donde es de mayor aplicabilidad el “Paradigma Humanista” que pone énfasis en el valor y dignidad de las personas.
La Educación, entendida como proceso de humanización, debe ser una educación integral, de todo el ser humano; inclusiva, para todos; permanente, durante toda la vida; y actual, acorde a las necesidades de la época.
La educación, por razón de ser, es axiológica, por ello procura formar en valores que hacen a la plenitud personal. Educar es potenciar la libertad responsable, la autonomía personal, el respeto a todos y cada uno en sus diferencias, ya que cada uno es un ser singular, único, irrepetible. El informe para la UNESCO "La educación encierra un tesoro" (1996) abordó la educación como medio para progresar en libertad, justicia social y paz; y señaló como pilares de la educación del nuevo siglo el aprender a conocer, a hacer, a convivir y aprender a ser.
Aprender a conocer implica el desarrollo del pensamiento crítico, creativo y ético (Lipman, 2016).
Aprender a conocer es:
Ejercitar el pensamiento crítico: aprender a analizar, interpretar, cuestionar, realizar inferencias consistentes, distinguir verdad y falsedad en conclusiones, evaluar respuestas y argumentaciones.
En el pensamiento creativo: desarrollar la capacidad de asociar, de hacer propuestas originales, de encontrar alternativas en la resolución de problemas, incentivar la imaginación, curiosidad para investigar.
El desarrollo del pensamiento ético ayuda a distinguir valor de disvalor, emitir juicios de valor fundados, distinguir acciones correctas o incorrectas, acciones buenas y malas, potencia la responsabilidad y el cumplimiento del deber.
Hoy se trata de enseñar a los alumnos no solo contenidos conceptuales sino más destrezas y habilidades; hay cambios en la metodología de trabajo, en el uso de la tecnología, la investigación y en formas de evaluar; son estos aspectos de la tarea educativa que muestran el nuevo paradigma basado en la concepción de que todos podemos aprender y podemos compartir lo que sabemos. Se percibe el cambio en la concepción del aprender como aprendizaje significativo que toma en cuenta los factores afectivos y cognitivos del sujeto.
Aprender a convivir es el otro pilar en la educación, que requiere aprender a escuchar, dialogar; comprender a los demás, reconocer al otro como igual, atender al cuidado de sí y del otro, aprender a ser solidario, a tener sentido de comunidad, a participar lo que genera compromiso personal, y a ver la vida con ojos humanos.
Para responder a las necesidades del siglo XXI hay que educar para afrontar la incertidumbre y la complejidad. “Hay que estimular la curiosidad, el placer de aprender por sí, y la participación como método eficaz de aprendizaje; ejercitar la interrogación a la realidad sin inculcar respuestas; significar, dar sentido a todo lo que se hace”. (Oropeza, 2017)
Resulta claro el cambio de concepción del educando como ser único y diferente, con necesidad personal de crecer, capacidad de iniciativa, potencialidades y participación, es decir, como sujeto activo del aprendizaje. Se visualiza un cambio también en la concepción del docente como “pedagogo” que acompaña y guía.
Educar es potenciar las capacidades del ser, también las vinculadas al espíritu para que cada uno encuentre sentido a su vida, porque el ser humano es un ser pleno cuando desarrolla su capacidad de creer, esperar y sobre todo de amar, esencial para ser felices.
Delors, J. (1996) La educación encierra un tesoro. Informe a la UNESCO de la Comisión Internacional sobre la educación para el siglo XXI. Grupo Santillana de Ediciones.
Lipman, M. (2016) El lugar del pensamiento en la educación. Editorial Octaedro.
Oropeza, D. (2017). Paradigmas emergentes en la Educación. Chicus Académica. Recuperado de:
https://chicusacademica.wordpress.com/2017/08/17/paradigmas-emergentes-en-la-educacion/
La tridimensión temporal es sólo humana: un pasado a las espaldas, un presente en el que se camina y un futuro que se anhela. Siempre pensamos el futuro mejor que el presente, o al menos así lo deseamos; y por eso tal vez postergamos en el presente tantas cosas y las dejamos para el futuro. Nos equivocamos. El tiempo sigue veloz comiéndose la vida, por eso es Cronos que devora a sus hijos, en la mitología griega. Está bien desde lo gramatical la división del tiempo en pasado, presente, futuro, perfectos o imperfectos; pero no para vivir el tiempo. La existencia danza en el escenario tridimensional del tiempo... (ver más)