En la Antigua Grecia, cuna de la Filosofía occidental, abundaban las lechuzas. Aún hoy ese animalito aparece en la moneda griega de 1 euro, diseño tomado de una antigua pieza ateniense de 4 dracmas (S.V a. de C.).
Pero, ¿por qué la lechuza simboliza a la filosofía? Filosofía, etimológicamente es “amor (fileo) a la sabiduría (sofia)”, y su objeto es escudriñarlo todo, indagar la esencia, causas, primeros principios. Y la lechuza, pequeña ave de aproximadamente 300 grs de peso y 28 cm, gira su cabeza 360 grados lo que le permite una visión de totalidad, y puede ver con absoluta nitidez en plena oscuridad. Parece ser este el motivo.
En la imponente escultura en marfil y oro de Palas Atenea realizada por Fidias (500a de C) y que fue erigida en el Partenón de Atenas, aparece la lechuza en el hombro de esta diosa ¿Por qué?
En la mitología griega “Atenea”, hija de la cabeza de Zeus y de Metis, era sabia, prudente y habilidosa; “de mirada viva y penetrante como la de las lechuzas con quienes custodia de noche la Acrópolis”. Era la diosa de las artes, la sabiduría y las técnicas de la guerra; dio a la ciudad de Atenas el olivo como símbolo de la paz, por lo que también era considerada protectora de la paz.
Se cuenta que “ella separó a la corneja de su entorno por sofista, para evitar que confundiera parlería con sabiduría” y recibió a la lechuza que ve de noche (al sabio nada debe quedarle oculto), y de día está escondida, apartada de las conversaciones de la gente (el sabio debe retirarse a lugares solitarios para pensar), sus movimientos van en dirección al sol (en busca de la verdad). Representa más que al conocimiento a la sabiduría superior.
Aristóteles en la “Metafísica” valora los mitos como primera respuesta del humano ante la necesidad de explicar la realidad, y con respecto a la lechuza dice que nuestro entendimiento debe ver con claridad en la noche oscura, ver con ojos de lechuza.
Hegel en su “Filosofía del Derecho”, tiene una significativa expresión sobre el quehacer de la filosofía: “El búho de Minerva eleva su vuelo sólo en el ocaso” (Palas Atenea en la mitología romana es Minerva).
¿Por qué “búho” y no lechuza? El búho es diferente de la lechuza, más grande, y se distingue por sus cuernitos emplumados, ¿una confusión de Hegel? Lo que Hegel escribió fue: “Eule der Minerva”; “eule” es un genérico aplicable a las aves rapaces nocturnas (búho, lechuza…) y se tradujo como “búho”, cuando en realidad es una lechuza pequeña como lo atestigua la escultura de Fidias y los íconos griegos. O sea, “búho” es ¡un error de traducción!
Pero la expresión es válida para el quehacer filosófico: el pensar permite ver con claridad en medio de la oscuridad.
¡Cuán necesario oficio en todos los tiempos!
Fuente: www.lechuza.org
Parece que tiene que ver con su etimología, pues la palabra “preguntar” provendría del término “percontari”, que es un gancho, un “bichero” que usaban los navegantes para sondear el fondo del lecho, antes de amarrar la embarcación. Por lo tanto estemos dispuestos a preparar arpones ¿¿¿??? Preguntar en filosofía tiene ese sentido... (ver más)