“Conócete a ti mismo y conocerás el universo y a los dioses” estaba escrito a la entrada del Oráculo de Delfos, ciudad griega situada al pie del Monte Parnaso.
“Conócete a ti mismo” es para Sócrates, el principio de la sabiduría.
“En esto consiste la sabiduría, en conocerse a sí mismo”.
“No podría consentir nunca que un hombre que no tenga conocimiento de sí, pudiera ser sabio”.
Estas expresiones suyas figuran en el Diálogo de Platón: “Alcibíades”.
Este era un hombre que pretendía ser gobernante, y lo que el maestro intenta hacerle ver es que antes debe saber gobernarse a sí mismo, y que esto no podrá lograrlo si no se conoce.
El principio de la sabiduría está entonces en conocerse a sí mismo.
Y es el principio porque desde ahí Sócrates se plantea qué es el ser humano, qué es el bien y la virtud. Estaba convencido de que si se conoce el bien, se actúa bien; por tanto quien actúa mal lo hace por ignorancia. Es necesario conocerse a sí mismo, alcanzar el bien y la virtud para acceder a la felicidad.
Conocerse a sí mismo fue el punto de partida de la filosofía socrática, y es una tarea necesaria a todo hombre en todos los tiempos, es absolutamente personal y difícil, porque como sabemos, y bien lo expresa Nietzsche: “cada cual es para sí mismo el más lejano”.
Para conocerse a sí mismo es necesario mirarse para reconocer virtudes y defectos, fortalezas y debilidades, talentos, lo que pensamos y sentimos. Es una tarea de toda la vida.
Requiere coraje. Es más fácil aturdirse, no querer verse, mentirse a sí mismo o querer hacer mentir al espejo (como la bruja en el cuento de Blanca Nieves).
Exige humildad para aceptar la verdad de lo que somos, para asumirse y a partir de ahí desarrollar el ser personal y lo que queremos hacer.
Continúa el aforismo de Delfos “…y conocerás el universo”, el conocimiento de sí aparece como necesario antes de conocer el universo e indagar las causas y las leyes que lo rigen, porque ¿de qué vale conocerlo todo si no me conozco a mí mismo? ¿Qué clase de sabiduría es esa?
“…Y a los dioses” finaliza. Conocer a los dioses no me parece que deba leerse como tentación a la vanidad humana; tal vez sí pueda entenderse como una invitación a ir más allá, una apertura al misterio, a lo divino, a la búsqueda de respuestas que ni el yo ni el mundo ofrecen.
En definitiva, la inscripción en el Oráculo parece querer mostrar un itinerario de la sabiduría humana: desde el conocimiento de sí, apertura al mundo y a lo trascendente.
Un atributo esencial del ser humano es la LIBERTAD, y quizá porque la percibimos mezquina en el acontecer de la vida, es tan deseada y declamada. Pero suele suceder que se repiten tanto las palabras que se las vacía y pasan a ser un abstracto al cual cada uno le da su propio significado.
¿QUÉ ES SER LIBRE? Las múltiples significaciones se dan a veces según la etapa de la vida, otras según la situación y las circunstancias. Hay deseo solidario de libertad cuando está en juego el bien de otros o de todos, pero también se anhelan libertades “pequeñitas”... (ver más)