Un atributo esencial del ser humano es la LIBERTAD, y quizá porque la percibimos mezquina en el acontecer de la vida, es tan deseada y declamada. Pero suele suceder que se repiten tanto las palabras que se las vacía y pasan a ser un abstracto al cual cada uno le da su propio significado.
¿QUÉ ES SER LIBRE?
Las múltiples significaciones se dan a veces según la etapa de la vida, otras según la situación y las circunstancias. Hay deseo solidario de libertad cuando está en juego el bien de otros o de todos, pero también se anhelan libertades “pequeñitas”, que no pasan del yo o de aspectos intrascendentes.
El ser humano no puede evitar la acción; hasta la omisión es un hacer e implica una decisión. A cada momento tenemos que elegir, tomar pequeñas o grandes decisiones y cada elección tiene sus posibilidades y sus límites. Quizá en este sentido Sartre afirmó que “El hombre está condenado a ser libre”.
No solo está impelido a actuar, sino responsabilizado por lo que hace y lo que omite. Al no estar determinado, decide el cómo actuar, y eso implica deliberar y elegir. En la decisión está la intención que califica su acción. Por eso, sólo los actos libres son objeto de juicio moral y lo hacen legalmente responsable de sus acciones.
El ser humano es dueño de sus decisiones, y de éstas (no de sus condicionamientos) depende el carril por donde transcurra su vida. Viktor Frankl, Nelson Mandela, Karol Wojtila, y tantos otros conocidos o anónimos, era impensable por sus condicionamientos, que pudieran hacer de sus vidas lo que lograron hacer.
“Al hombre se le puede arrebatar todo, salvo una cosa: la última de las libertades humanas, la elección de la actitud personal ante un conjunto de circunstancias para decidir su propio camino [...] El factor determinante es la decisión; la libertad de elegir, de arribar a una decisión a pesar de las condiciones que parecen determinar totalmente mi comportamiento, deseo actuar libremente como el ser humano responsable que soy. En estas circunstancias a pesar de las peores condiciones, aún bajo condiciones severas de stress como los prisioneros en campos de guerra, las personas son libres”. Victor Frankl
Todo me condiciona pero no me determina.
Hay cosas que no puedo elegir y no puedo cambiar; otras que sí. Negar las limitaciones es llevarse todo por delante con consecuencias impensadas para uno y para los demás. Tomar conciencia de los condicionamientos y límites es el primer paso para superarlos con inteligencia.
A veces los adolescentes dicen “quisiera ser libre de mis padres..o de…”; o dicen “quiero ser dueño de hacer lo que me venga en ganas”. Y esto sin tomar conciencia de los límites y de los riesgos, o de que hay cosas que no debo hacer aunque quiera y pueda, y que hay normas que respetar.
Nuestra libertad no es absoluta, es limitada por la propia condición humana, por nuestras potencialidades, y la propia situación (edad, situación histórica, social, económica, funcional, incluso por historia personal). No hay libertad para todo en cualquier circunstancia; y aunque sea remanido el término me permito usarlo, eso es libertinaje o una libertad traicionera!
Cuando se usa mal la libertad todo se desmadra y se hace mucho daño. La falsa libertad ha dejado muchas vidas rotas, desorientadas, que perdieron el rumbo o el sentido de la vida. Basta pensar en las víctimas de abuso o violencia de cualquier tipo, o de regímenes autoritarios.
Ser libre es elegir teniendo en cuenta los condicionamientos y tomar decisiones responsables para mí, para los demás y para el mundo en que habito. La cuestión es el uso responsable de la libertad. Libertad y responsabilidad son dos caras de una misma moneda.
Ejercer la libertad responsablemente es una tarea que implica razonabilidad y esfuerzo de la voluntad para elegir y actuar el bien reconocido. Decidir bien requiere conocer la verdad en la medida de lo posible, porque cuando se manejan datos falsos, se acaba tomando decisiones incorrectas. La verdad es camino de libertad.
La libertad tiene sus riesgos, el temor a equivocarse, a elegir mal, porque nunca tenemos en el horizonte todos los aspectos de la decisión, y si bien podemos pedir consejo, para decidir estamos solos. La libertad responsable a veces es traumática en su ejercicio.
Aprender a actuar libre y responsablemente es tarea de toda la vida que se efectiviza en cada elección y en cada decisión.
“Y ahora, ¿qué vas a hacer con tu libertad?” (Se cuestiona Mafalda cuando imagina que tiene la libertad en la mano como si fuese un paquete de regalo).
Los para qué son importantes, se trata de tomar decisiones para mi vida. Hay “para qué” por los que vale la pena dar la vida... “Vivo por un ideal por el que estoy dispuesto a morir, la libertad de mi pueblo” (Mandela)
“Libre” la conocida canción de Nino Bravo producida antes de la caída del Muro de Berlin expresa este anhelo de libertad:
“Tiene casi 20 años y ya está cansado de soñar,
pero tras la frontera está su hogar, su mundo, su ciudad…
Piensa que la alambrada sólo es un trozo de metal,
algo que nunca puede detener sus ansias de volar…
Libre…camino sin cesar detrás de la verdad y sabré lo que es al fin la libertad….”
“Con su amor por bandera se marchó…”
El para qué valía el riesgo de perder la vida. Y aunque fue dramático el final:
“….en el suelo se quedó sonriendo y sin hablar…”
Ser libre es elegir desde dentro: sé por qué y sé para qué elijo lo que elijo, (no es un obrar a ciegas sin límites, ni por coacción o por capricho).
La libertad es indispensable para una vida digna y verdaderamente humana.
Vivimos en una constante búsqueda de la felicidad y muchas veces la buscamos en lo exterior (viajes, dinero, adquisiciones…) o en la suma de “momentos” placenteros o dichosos. Sin embargo, aun poseyéndolos, suele quedar una sensación de vacío que nos da la pista que no va por ahí el camino. Es que la felicidad es interior, sencilla, es un estado o sensación de plenitud, de alegría serena, de paz, aun cuando los momentos sean difíciles. La felicidad tiene que ver con el amor. Ser amado y amar es la mayor necesidad de la persona y fuente de felicidad... (ver más)