El tema de la memoria es atrapante. Cada día sabemos más sobre los procesos de adquisición, consolidación, entrenamiento y pérdida de la memoria. Que el bebé al nacer identifica algunos sonidos escuchados en el vientre materno (un modo de recordar), resulta sencillamente maravilloso.
Elegimos qué recordar, y a veces, elegimos olvidar; otras tantas la memoria nos sorprende cuando emerge insospechadamente “algo” que aparentemente habíamos olvidado por completo. “Rememorar” y “recordar”, suelen usarse indistintamente, sin embargo los significados no son idénticos. Re-memorar “es traer a la memoria algo percibido o conocido”. Rememorar es un camino de la memoria necesario para la vida cotidiana y el conocimiento.
Re-cordar, es memoria del corazón, afectiva, entonces la evocación de lo memorado se tiñe de emociones, sonreímos, o sentimos agazapada la nostalgia. Recordar permite reconocer nuestras emociones y contribuye a cerrar heridas aunque queden para siempre las cicatrices. Recordar es otro camino de la memoria. Ambos caminos se entrecruzan en la vida.
El traer a la memoria voluntariamente un acontecimiento, para “rumiarlo” exige la predisposición interior de encontrarnos con la verdad aunque duela, y humildad para reconocernos nosotros mismos en esa verdad.
Buscar la verdad, develar los hechos ocultados, esclarecer y rectificar si es posible, permite avanzar. No hacerlo, es no querer ver, quizá por miedo a descubrir algo diferente de lo que se tiene por cierto; y no hay peor ciego que el que no quiere ver. La ignorancia y desinformación, culposa o no, por negarse a ver, o por ocultamiento, o por manipulación, impiden la memoria activa y funcionan como ancla; impiden avanzar.
Y esto tiene que ver no solo con los procesos personales, sino también con la sociedad y con la cultura. Hay estrecha relación entre cultura, memoria colectiva y derecho a la verdad La cultura es el modo de vida de un pueblo, el modo de pensar, el modo como los seres humanos en un espacio y tiempo se relacionan con la naturaleza, con los otros hombres y con lo Trascendente. Así la cultura construye historia, es memoria. La cultura, dice Milan Kundera, “es la memoria del pueblo, la conciencia colectiva de su continuidad histórica…”
De ahí que no sólo las personas sino los pueblos tienen “derecho a la verdad”, entendido aquí como “el conjunto de prácticas y de normas que buscan consolidar el respeto a la memoria colectiva por medio de la producción y circulación de investigaciones y discursos acerca del pasado”.(1)
Hacer memoria es esencial en la vida personal y de los pueblos, permite afianzar la identidad; y el ejercicio del derecho a la verdad constituye una importante contribución a la memoria colectiva, a la vez que abre puertas al futuro. Es necesario para la vida del ser humano y de los pueblos, no quedarse encapsulado en el pasado, en todo caso construir el puente del pasado al futuro que se anhela, es una memoria con perspectiva de futuro, una memoria ligada al amor y la esperanza. (2)
Solo quienes se animan a transitar los caminos de la memoria pueden discernir y valorar, ponderar los hechos significativos del pasado, propender al futuro tratando de no repetir los desaciertos, a la vez que generar con creatividad nuevas y mejores condiciones de dignidad para las personas y los pueblos.
Porque, como leí en un graffiti:
“La memoria transforma el dolor en esperanza, la muerte en vida y la impunidad en justicia”
(1) Charney-Berdichewky, John. (2019). El derecho a la verdad y su contribución a la memoria colectiva. Revista de derecho (Valdivia), 32(2), 207-230. https://dx.doi.org/10.4067/S0718-09502019000200207
(2) Papa Francisco, 26/11/2020
El mundo cambia vertiginosamente y esto genera incertidumbre. Sentimos que necesitamos un GPS para orientarnos y entender nuevas ideas que de pronto dominan el escenario sin dar tiempo a análisis o críticas. Se nos hace difícil la legítima tarea de intelección de la realidad, más aún si adoptamos una actitud de rechazo “al bulto”, que impide ver lo nuevo como oportunidad para cambios de fondo que hacen falta.
¿Cuáles son los desafíos de este tiempo? ¿Cómo construir a partir de ellos? No cabe dejar fluir, tampoco el gatopardismo. Corresponde ubicarnos en el nuevo mapa para avizorar caminos posibles... (ver más)